miércoles, 21 de enero de 2015

III-B LAS RESPONSABILIDADES DEL DESASTRE DE ANNUAL

Por Juan Silvela Milans del Bosch



Animado, sin duda, por la carta del alto comisario citada en el artículo anterior, el general Fernández Silvestre se decidió a ocupar Annual, de Beni Ulixech, y la posición de Dar Buimeyan, prácticamente encima de Boudinar (Tensaman), para proteger el campamento que inmediatamente se organizaría. Desde Ben Tieb, al norte de Dar Drius, las columnas iniciaron la subida al collado por Inunaten y siguieron por Ikarrouchene y La’sara, dejando al este la loma de Karrrusen y al oeste Yebel Uddía y Monte Ubdan. El 15 de enero, todavía en la mañana, alcanzaron Izumar, lugar a partir del cual se baja bruscamente por terreno abarrancado hacia el valle donde se encuentra Annual. Muchos autores hablan de un desfiladero, pero no hay tal.



 Una vez en las tres colinas que comprendía el campamento de Annual, el coronel Morales, del Cuerpo de Estado Mayor y Jefe de la Oficina Indígena de Melilla, y por tanto de la Policía, expresaba su preocupación por la arriesgada operación. El teniente coronel Dávila (jefe de la Sección de Campaña del Estado Mayor de la Comandancia Militar) opinaba de igual forma y le aseguró al general que de la preocupación le había salido el pelo de punta a través de la calva; pero recomendaba ocupar urgentemente Sidi Dris, en la costa, para conseguir que pudiera abastecerse Annual desde el mar; esta acción se llevó a cabo el 12 de marzo. Este teniente coronel fue el único que se opuso con decisión a la ocupación y permanencia en la hoya de Annual.

Si desde Izumar se realiza una “vuelta al horizonte” se comprende inmediatamente la disconformidad de Dávila. Allí sólo se podía estar, con los escasos medios que tenía Silvestre, con permiso de los rifeños. Al menos, del jefe de los Beni Said, ya que de los Beni Urriaguel sólo debía esperarse dificultades. El jefe citado, Kaddur Namar, fue quien recomendó el lugar de instalación del campamento de Annual como era costumbre, pues estuvo presente en la ocupación. 

A unos 106 Km,s de Melilla, sin medios logísticos adecuados y con una ruta de abastecimientos entre Ben Tieb, Izumar y Annual impracticable, era una locura. Para ir desde Ben Tieb a Annual  se tardaba 4 horas en recorrer 18 Km,s  y la batería de posición llegó a emplear 5 días (3,5 Km. en cada jornada). Hasta el mes de junio no estuvo la carretera de tierra hecha y en aquellas fechas llegarían un vehículo ligero y dos motos.

"El límite de elasticidad"

Silvestre, para contestar a lo propuesto por el alto comisario en la carta de 10 de enero, ordenó elaborar un informe al coronel Morales. El 16 de febrero, el jefe de la Policía Indígena se lo entregó al comandante general. Advertía que, ocupada Sidi Dris y dominados completamente las fracciones de Beni Said aún sin someter, se había alcanzado el límite de elasticidad, que Berenguer había situado en Alhucemas. Por tanto, no se podía volver a operar hasta después de abril, pues no se dispondría hasta entonces del nuevo reemplazo; el anterior se había licenciado a primeros de enero y faltaban 4.500 hombres. Además, sería necesario ocupar parte de Beni Tuzin y Tensaman para proteger el flanco izquierdo. Todas la fracciones de la segunda cabila lo pedían insistentemente, excepto la de Trugut. El territorio de esta última fracción comprendía desde el contrafuerte del cabo Quilates hasta el río Nekor; por tanto, estaba amenazada directamente por los beniurriagueles, sus vecinos. Las otras, que eran Beni Marguin, Beni Buidir, Beni Taaban y Rabaa el Forkani insistían que se ocuparan sus dominios para beneficiarse de la administración española en el nombre del jalifa. También lo hicieron dos de Beni Tuzin: los de Beni Buyari y Beni Mel-Lul.

Para la aproximación a Alhucemas, Morales recomendaba realizar el avance por tierra desde Tensaman; existían tres caminos para atravesar el contrafuerte de Cabo Quilates. Desechaba, por tanto, el avance por Beni Tuzin, pues su complicada orografía lo hacía muy dificultoso. Con todo, no se podría pasar del río Nekor antes del próximo otoño; como siempre, se haría, en palabras del propio informe, mediante una penetración política auxiliada por las armas en los casos indispensables”. Silvestre hizo suyo el informe de Morales y el 26 de febrero contestaba a Berenguer por carta exponiéndole este plan. Incluso lo condicionaba, igual que el coronel Morales, a la creación de un nuevo grupo de Regulares y otra mía de Policía Indígena, así como a que se autorizara a realizar reconocimientos aéreos y se librara determinadas cantidades para mejorar las comunicaciones (los pagos de los convoyes efectuados llevaban cuatro meses de retraso). Los transportes entre Dar Drius, Ben Tieb, Annual y Sidi Dris, como se ha dicho, eran muy dificultosos.



Además, le proponía organizar una nueva posición en Tensaman, delante de Boudinar, sobre la ladera del contrafuerte del cabo Quilates y al otro lado del río Amekran o Kebir, más otras dos en Beni Tuzin para consolidación del terreno ocupado. Así se protegía a las fracciones de estas dos cábilas que se habían sometido y se aseguraba el flanco izquierdo. Sólo entonces será llegada la ocasión de pensar en realizar la acción de dominio en Alhucemas”.

El 30 de marzo, Berenguer y Silvestre se entrevistaron en Alhucemas y el alto comisario autorizó al comandante general de Melilla a llevar a cabo las acciones previas al plan de avance sobre los territorios de la bahía, pospuesto hasta el otoño y condicionado al cumplimiento de las peticiones efectuadas. El propio Berenguer comunicó al ministro de estado, marqués de Lema, la concesión del permiso para actuar en carta de fecha 17 de abril.



Silvestre recibió en Melilla a todos los notables de Beni Tuzin y Tensaman, salvo el cherij Al-Lal de Tugrut, fracción de esta última, que se disculpó por carta; todos se mostraron conformes con la presencia de España en sus territorios e hicieron promesas de sometimiento al jalifa, representante del sultán en nuestra zona de protectorado.

Silvestre, con el Rey 

Con tan buenas perspectivas, se marchó a la Península de permiso a principios de mayo. Estuvo en Valladolid en la ceremonias de colocación de la primera piedra del nuevo edificio de la Academia de Caballería (4 de mayo) y en la entrega de un nuevo estandarte a la misma, bordado por la reina Victoria Eugenia, (5 de mayo). Allí vería al rey, que le debió animar a cumplir la misión de enlazar Melilla y Alhucemas por tierra. Como no era nada discreto, a la vuelta a Melilla, lo dijo con entusiasmo nada más desembarcar. Pero la situación había cambiado y, según su propia expresión en la carta del 29 de mayo,  va “presentándose nubosa”, pues la presión de Abd el Krim estaba resultando efectiva. En la citada carta  le aseguraba que “en estas condiciones, hay que pensarlo mucho antes de efectuar un avance” y le llegó a confesar a Berenguer que, en cuanto cruzara el río Amekram habría tiros. 

A pesar de ello, se arriesgó y ordenó la ocupación de Abarrán, la posición prevista delante de Boudinar, antes que las dos de Beni Tuzin; consta que el mokaden de la Zauía de Sidi Bu Yacob se lo había pedido, para evitar que Abd-el-Krin estableciera una harca allí, lo que hubiera colocado a las fracciones de Tensaman sometidas en una situación insostenible. También se debe tener en cuenta que con aquella posición ocupada por la harca se hacía la comunicación entre Buymeyan y Sidi Dris muy dificultosa. Por tanto, nunca pensó en realizar con tal acción un avance hacia Alhucemas. Abarrán podría facilitar la progresión por dos de los caminos que cruzan el contrafuerte del cabo Quilates, pero no el más inmediato a la costa y quizás el preferido.



El comandante general comunicó al alto comisario la ejecución de esta acción en la carta citada del 29 de mayo (domingo) y le precisó el momento del inicio de la marcha de la columna por telegrama, enviado en la tarde de ese mismo día. En la carta le decía expresamente sobre la cábila de Tensaman que:…”aunque sigue amiga, vacila; también parece que tratan de poner otra (“harca” de Beni Urriaguel), en Abarrán, y de lograrlo, harían más difícil la situación de la cabila y podrían amenazar las comunicaciones entre Buymeyan y Sidi Dris”. Ya tenía Abd el Krim otras harca establecida en Yebel Yub, sobre el contrafuerte del cabo Quilates y en terrenos de la fracción de Tugrut de Tensaman, y en Iyermauas.

Si no se ocupaba Abarrán, los tensamaníes del llano empezarían a vacilar como los de la ladera del cabo Quilates. Por supuesto, se solicitaba únicamente la autorización para el día (1de junio), según se deduce de la lectura del final del citado telegrama: pudiendo efectuarlo en forma convenida”, pues ya se disponía de la autorización previa, según hemos visto.

Reticencias del teniente coronel Dávila

El comandante Villar, responsable de la Policía Indígena del sector, y que según escribe en su informe el coronel Morales, junto con el capitán Margallo de la 15 mía, “trabajan mucho y bien”, convencieron a Morales y Silvestre de llevar a cabo la acción, a pesar de las reticencias del teniente coronel Dávila. Este jefe de Caballería mandó la columna, que dio un rodeo para alcanzar la posición. En cambio, una vez establecida, se lanzó pendiente abajo y por derecho hacia Annual. No las tenía todas consigo y presentía el peligro. Su actuación es extraña y no tiene fácil explicación.



La posición fue asaltada el mismo día de su establecimiento por defección de parte de la Policía Indígena y la harca auxiliar de Tensaman, aunque no se logró averiguar, después, como ocurrió exactamente. Hay indicios de que la traición estaba preparada al llegar a un acuerdo los beniurragueles y un grupo importante de los tensemaníes para coger prisionero al general Silvestre, que siempre visitaba las posiciones después de ocupadas. Esta vez se quedó en Annual y siguió la operación con los prismáticos. Volvió a Melilla con la creencia de que todo había salido bien y allí recibiría la noticia de la caída de Abarrán. Fue una gran equivocación de la que fueron responsables principalmente Silvestre y Villar. Desgraciadamente, quedó claro que la situación política no estaba madura para efectuar tal operación.

Consciente Silvestre de la debilidad de la línea: Ben Tieb, Izumar, Annual, Sidi Dris, estableció a partir del 3 de junio nuevas posiciones: Tallilit (después del ataque a Sidi Dris del día anterior, a la que no se pudo socorrer por cortar los rifeños el paso a la columna de refuerzo en dicho monte) y las intermedias A, B, y C.



Dos días después, se entrevistaron el alto comisario y el comandante general en aguas de Sidi Dris a bordo del “Princesa de Asturias”. Allí, Berenguer obligó a Silvestre a adoptar una actitud defensiva. Este último, buen conocedor de la psicología del pueblo rifeño, lo estimó muy peligroso, pero asumió la orden. El 7 de junio, para asegurar más la citada línea, estableció una nueva posición: Igueriben. No es fácil saber quién ha sido el primero en afirmar que una loma situada más al norte, Sidi Ibrahim (Loma de los Árboles), era dominante y desde ella se batía Igueriben. Lo primero es falso y lo segundo era imposible con los medios de que disponían los rifeños. Sin embargo, todavía se repite hoy este argumento. La única ventaja era que disponía del servicio de aguada muy próximo, pero en cambio su longitud no permitía su ocupación. Cualquiera que haya estado allí lo aprecia enseguida. Tampoco es acertado considerar la ocupación de Igueriben como un nuevo intento de penetración hacia Alhucemas como equivocadamente afirmaba Tuñón de Lara. Esta posición era exclusivamente un blocao para proteger Annual.