lunes, 23 de enero de 2017

El traslado del Colegio Militar de Caballería a Valladolid en 1852 (Prólogo)

Por un real decreto de 5 de noviembre de 1850 se suprimió el Colegio General Militar y se crearon los Colegios Militares de Infantería (en Toledo) y Caballería (en Alcalá de Henares). El nuevo centro de enseñanza de nuestra Arma pudo instalarse en el viejo edificio de la famosa universidad fundada por el cardenal Cisneros en 1499 en el centro de Alcalá. Esta última hacía 14 años que había sido trasladada a la capital de España para formar la Universidad Central de Madrid, actualmente llamada Complutense, dejando a su edificio libre de uso.

El inmueble de la universidad, tras la Desamortización, pasó a manos de distintos propietarios particulares. Cuando se estaba negociando la venida a Valladolid del colegio, pertenecía a una sociedad de "condueños", formada por habitantes de Alcalá y el ayuntamiento, cuyo único objetivo era evitar su ruina. La sociedad, en consecuencia, no quiso hacerse cargo de las obras imprescindibles, ni para su utilización como centro de enseñanza, ni tan siquiera para que fuera habitable.



El general Shelly, Director General de Caballería, expuso al Ministro esta circunstancia y la necesidad de trasladar el colegio a una ciudad donde fuese más considerado y mejor recibido, pues el edificio estaba en ruinas  y al no ser propiedad del Estado no se debía  gastar en él sumas de consideración. Situación que se resolvería con el traslado del colegio a Valladolid donde se instaló en un edificio que se construía para presidio modelo.

Varios autores han tratado ya este tema; quizás el primero fue el profesor de la Academia de Caballería, Ramón Touceda Fontela, entonces capitán de Caballería, en un artículo de la Revista de Historia Militar (número 26 del año 1968), titulado: la Academia de Caballería: notas para su historia. También los coroneles Antonio Bellido Andréu y Juan María Silvela Miláns del Bosch han escrito sobre el traslado en varias publicaciones de la propia Academia y en la revista del Arma: Memorial de Caballería.



Por otra parte, hace más de un año que la Asociación de Amigos de la Academia de Caballería recibió nueva documentación de procedencia militar sobre este asunto, aportada por el coronel Luis Manuel Madrigal García. Destacan por su interés el informe del 17 de septiembre de 1851 escrito por el subdirector del colegio militar, teniente coronel Juan José del Villar (en realidad ejercía las funciones de jefe del mismo) y dirigido al Director General de Caballería y del colegio, general Ricardo Shelly Comenford, sobre los edificios y facilidades ofrecidos por el ayuntamiento de Valladolid para instalar el citado centro de enseñanza en la ciudad; también el informe de este último del 21 de octubre del mismo año al Ministro de la Guerra, Francisco Lerchundi Hormaechea, en donde daba su parecer y al que adjuntaba el anterior informe, así como otro del propio Shelly al citado ministro del 15 de marzo de 1852 sobre el plan previsto para efectuar la marcha de los alumnos y el personal del colegio desde Alcalá a Valladolid.

Además, el coronel Silvela entregó  a la asociación de Amigos de la Academia reproducciones de escritos procedentes del Archivo Municipal de Valladolid del diputado a cortes de esta ciudad, Benito Fernández Maquieira, que fue comisionado por el ayuntamiento para llevar a feliz término las negociaciones y acelerar las gestiones del traslado del colegio, dirigidos tanto al general Shelly como al ayuntamiento.

Reunida la asociación consideró que tan interesante información  hacía necesario insistir sobre las circunstancias que motivaron la llegada del Colegio de Caballería a Valladolid y realizar un trabajo específico sobre las vicisitudes y dificultades para llevarlo a cabo más amplio que los publicados hasta ahora.



Al mismo tiempo, se tuvo conocimiento de que la profesora de Geografía e Historia de 2ª enseñanza, Fernanda Doyague Garzón, se había ofrecido a participar en los trabajos de la asociación, pues, al haberse jubilado, disponía de tiempo para colaborar en las actividades culturales de la misma. Ante tal ofrecimiento, se consideró muy interesante pedir a la citada profesora que hiciera un nuevo trabajo sobre este asunto, que sería realizado desde un punto de vista de una persona no militar y de Valladolid. Por este motivo y con este fin, se le entregó la documentación reunida.

Al cabo de un año, la citada profesora entregó su trabajo, que, examinado por la asociación, ha sido considerado adecuadamente encuadrado en la historia de la ciudad,  bien estructurado y escrito y más amplio que los anteriores, que es lo que se había pedido a la autora. En consecuencia, se llegó a la conclusión de que era muy conveniente divulgarlo y no parecía suficiente limitarse a integrarlo en la biblioteca de la academia para consulta de los profesores, alumnos y visitantes de la misma. Por ello, se ha decidido publicarlo en la página web de la asociación, dividido en 5 artículos y un apéndice. A continuación, se presenta el primero y no se quiere terminar este prólogo sin agradecer a Fernanda Doyague el espléndido trabajo realizado.

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